Frases

¿Cómo te gustaría que te sorprendiese la muerte? En lo que a mí respecta, yo quisiera que me sorprendiese ocupado en algo grande y generoso, en algo digno de un hombre y útil a los demás; no me importaría tampoco que me sorprendiese ocupado en corregirme y atento a mis deberes, con el objeto de poder levantar hacia el cielo mis manos puras y decir a los dioses: “He procurado no deshonraros ni descuidar aquellas facultades que me disteis para que pudiera conoceros y serviros. Éste es el uso que he hecho de mis sentidos y de mi inteligencia […]

Epicteto

viernes, 3 de abril de 2015

La mentira totalitaria



La mentira totalitaria

Una mentira repetida mil veces
se convierte en verdad.
 Joseph Goebbels




La men­tira tota­li­ta­ria es una de las más com­ple­tas que la his­to­ria ha cono­cido. Su obje­tivo es, a la vez, impe­dir a la pobla­ción reci­bir infor­ma­cio­nes del exte­rior e impe­dir al mundo exte­rior cono­cer la ver­dad sobre la pobla­ción, haciendo par­ti­cu­lar­mente impo­si­ble, o extre­ma­da­mente difí­cil, un tra­bajo correcto de los perio­dis­tas extran­je­ros in situ. En las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, igual­mente, el uso que hacen los tota­li­ta­rios de la men­tira fla­grante sobre­pasa la media mundial.

Todos los auto­res que han narrado esa inmer­sión en la men­tira, los Orwell, Solz­he­nit­sin, Zino­viev –pues sola­mente el genio lite­ra­rio puede hacer expe­ri­men­tar a los que lo igno­ran una expe­rien­cia casi inex­pre­sa­ble en el len­guaje lógico de los expertos-, han insis­tido en la idea de que la men­tira no es un sim­ple coad­yu­vante, sino una com­po­nente orgá­nica del tota­li­ta­rismo, una pro­tec­ción sin la cual no podría sobre­vi­vir. A menudo se oye a ciu­da­da­nos de paí­ses demo­crá­ti­cos ala­bar a un hom­bre polí­tico por su astu­cia, su arte en embau­car a la opi­nión pública y en enga­ñar a sus riva­les. En cierto modo es como si los clien­tes de un banco ple­bis­ci­ta­ran al direc­tor por sus talen­tos como ratero. La demo­cra­cia no puede vivir sin la ver­dad, el tota­li­ta­rismo no puede vivir sin la men­tira; la demo­cra­cia se sui­cida si se deja inva­dir por la men­tira, el tota­li­ta­rismo si se deja inva­dir por la verdad.

Como la huma­ni­dad se encuen­tra com­pro­me­tida en una civi­li­za­ción domi­nada por la infor­ma­ción, una civi­li­za­ción que no sería via­ble si fuera regida de manera pre­do­mi­nante sobre la base de una infor­ma­ción cons­tan­te­mente fal­seada, creo indis­pen­sa­ble, si es que que­re­mos per­se­ve­rar en la vía en que nos halla­mos, la uni­ver­sa­li­za­ción de la demo­cra­cia y, por aña­di­dura, su per­fec­cio­na­miento. Pero creo más pro­ba­ble, en el pre­sente estado de las cos­tum­bres, de las fuer­zas y del modo en que que­re­mos vivir, el triunfo de la men­tira y de su coro­la­rio político.

Autor: Jean-François Revel

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