La mentira totalitaria
Una mentira repetida mil veces
se convierte en verdad.
Joseph Goebbels
La mentira totalitaria es una
de las más completas que la historia ha conocido. Su objetivo es, a la
vez, impedir a la población recibir informaciones del exterior e impedir
al mundo exterior conocer la verdad sobre la población, haciendo particularmente
imposible, o extremadamente difícil, un trabajo correcto de los periodistas
extranjeros in situ. En las relaciones internacionales, igualmente, el
uso que hacen los totalitarios de la mentira flagrante sobrepasa la media
mundial.
Todos los autores que
han narrado esa inmersión en la mentira, los Orwell, Solzhenitsin, Zinoviev
–pues solamente el genio literario puede hacer experimentar a los que lo
ignoran una experiencia casi inexpresable en el lenguaje lógico de los
expertos-, han insistido en la idea de que la mentira no es un simple coadyuvante,
sino una componente orgánica del totalitarismo, una protección sin la
cual no podría sobrevivir. A menudo se oye a ciudadanos de países democráticos alabar a un
hombre político por su astucia, su arte en embaucar a la opinión pública y
en engañar a sus rivales. En cierto modo es como si los clientes de un banco
plebiscitaran al director por sus talentos como ratero. La democracia no puede vivir sin la verdad,
el totalitarismo no puede vivir sin la mentira; la democracia se suicida
si se deja invadir por la mentira, el totalitarismo si se deja invadir
por la verdad.
Como la humanidad se encuentra comprometida
en una civilización dominada por la información, una civilización que
no sería viable si fuera regida de manera predominante sobre la base de una
información constantemente falseada, creo indispensable, si es que queremos
perseverar en la vía en que nos hallamos, la universalización de la
democracia y, por añadidura, su perfeccionamiento. Pero creo más probable,
en el presente estado de las costumbres, de las fuerzas y del modo en que
queremos vivir, el triunfo de la mentira y de su corolario político.
Autor: Jean-François Revel